En SomosOcéano nos hemos propuesto que en cada colección dediquemos un diseño a un personaje que nos inspire a modo de pequeño tributo. Y hemos escogido para comenzar con este homenaje calcetinero a la mejor pintora española del siglo XX: Maruja Mallo.
Maruja Mallo, bautizada como Ana María Gómez González nació en Viveiro en 1902. Debido al trabajo de su padre la familia tuvo que realizar varios cambios de ciudad y fue con su traslado a Madrid en 1922 cuando la joven artista ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En este ambiente académico en donde bullían las ideas y los pensamientos progresistas coincidió con otros grandes artistas como Salvador Dalí, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Concha Méndez, Margarita Manso y Luis Buñuel. De hecho con muchos de ellos colaboraría más adelante creando ilustraciones y escenografías.
“Maruja Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo, sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y sensualidad.” Federico García Lorca
Maruja Mallo fue ante todo una mujer libre y con ganas de despegarse de las ideas más rancias de su época, de hecho ella perteneció al grupo de mujeres artistas que luego denominaron “Las Sinsombrero” que en la década de los años veinte tuvieron la osadía de pasear por la Puerta del Sol llevando la cabeza descubierta sin un sombrero puesto. Ella misma cuenta que “un día se nos ocurrió a Federico, Dalí, Margarita Manso y a mí quitarnos el sombrero porque decíamos que nos estaba congestionando las ideas, y atravesando la Puerta del Sol nos apedrearon llamándonos de todo”. Este gesto rebelde, sobre todo para las mujeres pone de manifiesto su necesidad de abandonar el corsé de la época y no conformarse con el papel de esposas y madres. Si os interesa el tema podéis ver gratuitamente dos documentales sobre “Las Sinsombrero” en la web de RTVE.
En la década de los 20 Mallo trabajó para numerosas publicaciones y realizó portadas de libros, hasta que en 1928 se organizó su primera exposición que resultó todo un acontecimiento cultural en el Madrid de la época.
En 1932, gracias a la concesión de una beca se trasladó a París. Tuvo la oportunidad de conocer y relacionarse con grandes artistas de su generación como René Magritte, Joan Miró, Chirico, Max Ernst y los poetas André Breton y Paul Eluard. Al poco tiempo realizó su primera exposición en la capital parisina y logró vender cuadros al propio gobierno francés para exponerlos en el Museo Nacional de Arte Moderno y la obra Espantapájaros a André Breton, que hoy en día está considerada como una de las grandes obras maestras del surrealismo.
Porque hasta los años 30 su obra se podría centrar en el surrealismo pero a partir de esta fecha se enmarcaría en el constructivismo. En esta década expone su obra en Londres, Barcelona y de nuevo Madrid en donde explora su creatividad en la cerámica y la escenografía teatral.
Republicana comprometida participó como profesora dentro del programa Misiones Pedagógicas lo que la llevó a trabajar en Galicia. Fue precisamente aquí donde le sorprendió el inicio de la Guerra Civil y desde el norte de España huyó a Portugal en donde fue acogida por la poetisa, Gabriela Mistral que en aquel momento era la Embajadora de Chile en Portugal. Arranca entonces un periplo en el exilio que la llevaría a vivir, trabajar y exponer en Argentina, Chile y Estados Unidos.
Finalmente tras 25 años fuera de España regresó en 1962 en donde volvió a exponer. Su obra es bastante escasa ya que era una perfeccionista extrema por eso su carrera pasó inadvertida durante un tiempo porque apenas hay cuadros; fue en la época de los 80 cuando estudiantes de arte y críticos la rescataron de ese injusto olvido. La artista falleció en Madrid en 1995.
La obra de Maruja Mallo es colorista, llena de temáticas mágicas, cosmopolitas, optimistas y demostrando un imaginario poderosísimo, y con el paso del tiempo se tornó más caótica y experimental pero siempre con un nivel de exigencia extremo.
Desde SomosOcéano y en pequeño y respetuoso homenaje creamos los calcetines Mallo en donde se reinterpreta una de sus obras de Máscaras más reconocibles. Hemos llenado el diseño de color, mariposas que revolotean y todo el cariño posible para recordar la obra y la figura de la mejor pintora del siglo XX.